Tarde pero seguro.
La entrada de hoy es sobre una de las tantas remakes que han aflorado en estos últimos tiempos.
Hoy toco "Evil Dead". Aquel despliegue cinematográfico de genios como Bruce Campbell y Sam Raimi.
Las aguas están divididas.
Seguidores de la original y los amantes de la nueva.
Usted lector: ¿Cual es su opinión al respecto?
La idea de esta publicación, es, no solo debatir sobre que hace "buena", "estupenda", "pasable", "pésima" una remake (en este caso EVIL DEAD) sino en como se ha modificado el "cine hollywoodense" tanto en el genero del terror como en las demás esferas.
A continuación les dejamos los trailers de las dos versiones y la opinión argumentada de nuestra columnista Samanta Dening.
Es cierto que no se puede ver una
remake en plan de comparación con la
versión original. Pero no es menos cierto que algunas remakes, en lo que
respecta a su convocatoria, le deben mucho, por no decir casi todo, a esa
suerte de “padrinazgo” que las lanza a la luz.
Al ser anunciada una remake de Evil Dead (1981, 1987), los amantes del
género de terror no pudimos menos que sentir entusiasmo y curiosidad. Las
imágenes del trailer eran, además,
prometedoras, aunque dejaban en claro que la línea de desarrollo iba a tomar
otros cauces bastante diferentes a los de su predecesora. Posesión infernal (2013) apuntaba tanto desde los avances hasta en
su gráfica a convertirse ella misma en un nuevo clásico del género. No
obstante, no alcanzó siquiera a proporcionar un entretenimiento digno.
Personajes patéticos que no
transmiten absolutamente nada -con excepción tal vez de algunas buenas
interpretaciones en el personaje de Mia, llevadas a cabo por Jane Levy-,
sumados al abuso continuo del recurso del shock
que no genera, al fin de cuentas, más que apatía. Las posibilidades de
sobresalto son mínimas, ya que una tensión casi sin contrastes nos vuelve
inmunes a todo; sin mencionar que la mayoría de las escenas son completamente
predecibles (y no precisamente por tratarse de una remake). Básicamente, podríamos resumir Posesión infernal como un aburridísimo y tedioso baño de sangre que
no logra impresionar en ninguno de los sentidos posibles de esta expresión.
Tenemos los guiños obligados a
las escenas ya clásicas de las Evil Dead
de Raimi (como la aparición de la motosierra y su importancia capital o la
auto-amputación de la mano), pero en este contexto parecen simples agregados
fuera de lugar que intentan justificar una filiación entre una película y
otras.
La pretensión de seriedad que
exhibe Posesión infernal y que
intenta ser el sello distintivo de esta nueva visión, anula al fin de cuentas
toda la diversión; porque para calificar como película seria, carece de
sustancia y contenido, y al eliminar los elementos grotescos y de humor negro
se torna aburrida y absurda, en el mal sentido.
No queda claro a qué tipo de
público estaría dirigida la versión de Fede Álvarez: los amantes de gore podrán encontrar con facilidad
muchos ejemplares que no los sometan a la horrible tortura de los diálogos
ridículos y los personajes vacíos de Posesión
infernal; los seguidores de los climas bien logrados lamentarán ser
bombardeados por tomas saturadas de rojo que, antes de capturar su atención,
los llevarán a bostezar infinitamente; los fanáticos del cine de culto
desdeñarán la falta de inteligencia con la que fue llevada a cabo esta película
y terminarán de verla convencidos de que en cinco años más nadie podría
separarla del montón si no fuera por su vínculo con las maravillosas piezas de Raimi.
S.D.